Taxus baccata L.
TaxaceaeLos pueblos celtas veneraron al tejo como árbol sagrado, probablemente debido a la extraordinaria longevidad de la planta -puede vivir hasta 1000 años-, que la hace parecer inmortal. Por esta misma razón, en España han sido plantado profusamente en la Cornisa Cantábrica al abrigo de ermitas, iglesias y cementerios desde tiempos remotos, como símbolo de la trascendencia de la muerte. Precisamente por su longevidad también es habitual utilizarlo como marca fronteriza o lugar de reunión, siendo fácil encontrarlo en las plazas de los pueblos bajo el cual se realizaba el concejo abierto. El nombre deriva de su nombre en latín, empleado por Virgilio y Plinio, tomado del griego taxis, “orden”, tal vez en alusión a la disposición en filas de sus hojas. Su nombre genérico hace alusión al carácter tóxico de esta planta: todas las partes del árbol, excepto la envuelta exterior de la semilla, contienen taxina que altera el funcionamiento del sistema nervioso, de hecho, San Isidoro de Sevilla, en el siglo VII, señala el uso de estas semillas en la Península Ibérica, por parte de los antiguos cántabros, astures y pobladores de Galicia, como veneno para suicidarse cuando se encontraban sitiados por el enemigo o presos de éste.